Museo Regional de Rancagua
Arte y Artesanía en las provincias del Cachapoal y Colchagua
La colección del Museo Regional de Rancagua permite conocer tradiciones características de la zona central del país, donde las mujeres son generalmente las protagonistas en su mantención.
Romina, Myriam y Marcela. Sector La Candelaria, comuna de Chépica. Tramas de una identidad. 1999. Archivo Fotográfico Museo Regional de Rancagua.
Romina, Myriam y Marcela. Sector La Candelaria, comuna de Chépica. Tramas de una identidad. 1999. Archivo Fotográfico Museo Regional de Rancagua.
Teatina, greda, hilos y lanas, son algunas de las materias primas, que en diversas zonas de la Región de O´Higgins, son transformadas por mujeres. Ellas son protagonistas de una práctica heredada de generación en generación, que cada vez es más valorada y reconocida por su aporte a la mantención del conocimiento vinculado al mundo campesino de la zona central del país y que forman parte del inventario de patrimonio cultural de la región.
La bendición de los campos. Haydeé Paredes González. Museo Regional de Rancagua. N° de inventario: 1068.
La bendición de los campos. Haydeé Paredes González. Museo Regional de Rancagua. N° de inventario: 1068
Algunas reconocen ser herederas de una larga historia de mujeres que mantuvieron esta prácticas como una actividad principalmente femenina, y otras comparten su labor con hombres que también formaron parte de esta trama.
Dicho lo anterior, abordaremos la historia de Karen Contreras Peralta, chamantera de Doñihue; Juana Muñoz Manríquez y Jaime Muñoz, representantes de la artesanía en teatina de La Lajuela; y Haydeé Paredes González, artesana en greda policromada de Lihueimo. Las tres son autoras de los objetos que forman parte de la colección del Museo Regional de Rancagua.
Juana Muñoz y Jaime Muñoz, representantes de la artesanía en teatina
Juana Muñoz y Jaime Muñoz, representantes de la artesanía en teatina.
Una tradición también en el museo
El Museo Regional de Rancagua, como un espacio de encuentro y promoción de las expresiones de la comunidad de la cual forma parte, ha sido un agente importantísimo en la trayectoria de estas tres mujeres. La conservación de sus colecciones y la difusión de éstas también han significado procesos de investigación acerca de estas prácticas tradicionales.
Trama de una identidad es el nombre de un proyecto desarrollado por María Luisa Grüzmacher Gallo y Verónica Guajardo Rives desarrollado entre 1998 y 1999, cuyo objetivo fue realizar un registro de la actividad textil desde la zona cordillerana hasta la costa. Este registro se realizó en 33 comunas y consideró un censo que identificó a alrededor de 280 personas tejedoras, integrando a cinco hombres de las localidades de Santa Cruz, Doñihue y Lolol.
Además se llevaron a cabo entrevistas para profundizar en sus historias de vida como portadoras y/o transmisoras de este conocimiento, además de describir las características de esta práctica, desde el diseño hasta la comercialización.
Olivia Césped Valdivia (Estrella). Doñihue. 1999. Archivo Fotográfico Museo Regional de Rancagua.
Olivia Césped Valdivia (Estrella). Doñihue. 1999. Archivo Fotográfico Museo Regional de Rancagua.
De esta manera, este trabajo permite situar históricamente la actividad textil a fines de la década del 90 en la VI Región, dando cuenta del uso de las materias primas, técnicas de lavado, escarmenado y limpieza, el proceso de hilado, torcido y segundo lavado, el teñido y los elementos utilizados para este fin, el urdido, los tipos de telares, las técnicas de tejido y los objetos tejidos, el diseño y la iconografía.
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